09 Jun Tres poemas
LI CHENGEN* / TRADUCCIÓN DE LI NI Y YANG HONG
Regalo del frío
La estepa es llana
El arroyo refleja el sol
Estoy como un ser del otro mundo
torpe de manos y pies
sin entender el sentimiento mundano
El frío es el primer regalo que me dio la estepa
Lo acepté
Me puse el frío
El corazón
se sintió caliente
He aceptado buenos vinos
He aceptado piedras
He aceptado antologías poéticas
He aceptado balas
Pero todavía no he aceptado
un regalo
del frío
Leyenda del vacío
He estado en la casa del Vacío
La casa del Vacío, grande y luminosa
La planta verde echa sus labios grandes y carnosos
Característica de lo precoz, tengo el inconveniente de señalar
el peligro escondido. Visité la casa del Vacío
Tomé el té caliente que me servía la señora Vacío
Charlaba con ella, y la señora Vacío abrigaba sospechas sobre mí
Con una chica de esta edad es normal hablar de la vida
Todavía es pronto para hablar de Nietzsche
Le presté oído y escuché atentamente
¡Qué cantidad de lecturas tenía la señora Vacío!
De astronomía a geografía, de marxismo-leninismo a maoísmo
ella lee de todo, con una postura prudente
No parece una persona vacía
Tiene una mirada suave, como si se viera su corazón
Sus dedos son muy limpios; los dientes, blancos y lisos
A pesar de su avanzada edad, su gracia
no muestra vejez sino un mensaje joven
dulce de frutas, frutas puestas en el plato
En absoluto tiene un modo de hablar presuntuoso
La señora Vacío es bien educada
Cría a dos hijos del Vacío
Es buena madre del Vacío
Es gobernante del Vacío
Charló conmigo toda la tarde
hasta cuando entraron sus hijos del Vacío
Ella aún me tomaba las manos
Como las de mi propia madre, sus palabras cálidas
hacían que mis ojos se llenaran de lágrimas
Yo intentaba zafar mis manos
Me di cuenta de que no era rival para ella
Me las apretaba demasiado fuerte, como si tomara las manos del ángel
No quería soltar mis manos, la señora Vacío
La señora ya tenía sesenta y pico años, de buen corazón
Aparecían pequeñas arrugas en su rostro, parecía a una niña
cuando se reía
Se me entumieron las manos, y me dolió vagamente la cabeza
pero la señora Vacío no quería parar, seguía moviendo la boca
Mareada, poco a poco me surgieron alucinaciones
Iba a desmayarme y tenía ganas de vomitar
Moviendo la silla me esforzaba a sostener el cuerpo vacilante
La luz en la casa de la señora Vacío se iba apagando
Vi ir y venir en el salón a sus dos hijos del Vacío
como dos asesinos del Vacío; de pronto se detuvieron detrás de ella
Grité, la señora Vacío se vino abajo
El Río Bianhe, el pez
El Río Bianhe lava toda la alegría de la adolescencia
Así que estoy cristalina y clara, nunca llevo la tristeza a otro pueblo
Me adapto a cualquiera que me toque
El Río Bianhe, donde la jovencita pesca
Son delgados y pequeños sus peces, delicados como la poesía antigua
simplemente los sostengo en la mano
Río Bianhe, tus peces
son demasiado pequeños, pero muy vivos y animados, igual que mi adolescencia
Fui muy pequeña, delicada, sin hueso
El Río Bianhe, cuya agua no se alteró durante dieciocho años
Pero yo cambié de tono hace ya mucho tiempo, sin darme cuenta.
¿En el habla del Río Bianhe los peces siguen vivos y animados como los jovencitos?
El Río Bianhe, donde los pececillos saltaban desde la superficie
Los que dan vueltas en el sueño después de quince años
son tan delgados que se han alejado de la tierra natal
Así que todas las poetas en los ojos de ustedes
resplandecen como agua iluminada
*LI CHENGEN
Es poeta, escritora y directora de documentales. Nació en la provincia de Anhui y actualmente vive en Beijing.