Tres poemas

 

LI CHENGEN* / TRADUCCIÓN DE LI NI Y YANG HONG

 


 

Regalo del frío

 

La estepa es llana

El arroyo refleja el sol

Estoy como un ser del otro mundo

torpe de manos y pies

sin entender el sentimiento mundano

 

El frío es el primer regalo que me dio la estepa

Lo acepté

Me puse el frío

El corazón

se sintió caliente

 

He aceptado buenos vinos

He aceptado piedras

He aceptado antologías poéticas

He aceptado balas

 

Pero todavía no he aceptado

un regalo

del frío

 

 

Leyenda del vacío

 

He estado en la casa del Vacío

La casa del Vacío, grande y luminosa

 

La planta verde echa sus labios grandes y carnosos

Característica de lo precoz, tengo el inconveniente de señalar

el peligro escondido. Visité la casa del Vacío

Tomé el té caliente que me servía la señora Vacío

Charlaba con ella, y la señora Vacío abrigaba sospechas sobre mí

Con una chica de esta edad es normal hablar de la vida

Todavía es pronto para hablar de Nietzsche

 

Le presté oído y escuché atentamente

¡Qué cantidad de lecturas tenía la señora Vacío!

De astronomía a geografía, de marxismo-leninismo a maoísmo

ella lee de todo, con una postura prudente

No parece una persona vacía

Tiene una mirada suave, como si se viera su corazón

Sus dedos son muy limpios; los dientes, blancos y lisos

A pesar de su avanzada edad, su gracia

no muestra vejez sino un mensaje joven

dulce de frutas, frutas puestas en el plato

 

En absoluto tiene un modo de hablar presuntuoso

La señora Vacío es bien educada

Cría a dos hijos del Vacío

Es buena madre del Vacío

Es gobernante del Vacío

Charló conmigo toda la tarde

hasta cuando entraron sus hijos del Vacío

Ella aún me tomaba las manos

Como las de mi propia madre, sus palabras cálidas

hacían que mis ojos se llenaran de lágrimas

 

Yo intentaba zafar mis manos

Me di cuenta de que no era rival para ella

Me las apretaba demasiado fuerte, como si tomara las manos del ángel

No quería soltar mis manos, la señora Vacío

La señora ya tenía sesenta y pico años, de buen corazón

Aparecían pequeñas arrugas en su rostro, parecía a una niña

cuando se reía

 

Se me entumieron las manos, y me dolió vagamente la cabeza

pero la señora Vacío no quería parar, seguía moviendo la boca

Mareada, poco a poco me surgieron alucinaciones

Iba a desmayarme y tenía ganas de vomitar

Moviendo la silla me esforzaba a sostener el cuerpo vacilante

La luz en la casa de la señora Vacío se iba apagando

Vi ir y venir en el salón a sus dos hijos del Vacío

como dos asesinos del Vacío; de pronto se detuvieron detrás de ella

Grité, la señora Vacío se vino abajo

 

 

El Río Bianhe, el pez

 

El Río Bianhe lava toda la alegría de la adolescencia

Así que estoy cristalina y clara, nunca llevo la tristeza a otro pueblo

Me adapto a cualquiera que me toque

 

El Río Bianhe, donde la jovencita pesca

Son delgados y pequeños sus peces, delicados como la poesía antigua

simplemente los sostengo en la mano

 

Río Bianhe, tus peces

son demasiado pequeños, pero muy vivos y animados, igual que mi adolescencia

Fui muy pequeña, delicada, sin hueso

 

El Río Bianhe, cuya agua no se alteró durante dieciocho años

Pero yo cambié de tono hace ya mucho tiempo, sin darme cuenta.

¿En el habla del Río Bianhe los peces siguen vivos y animados como los jovencitos?

 

El Río Bianhe, donde los pececillos saltaban desde la superficie

Los que dan vueltas en el sueño después de quince años

son tan delgados que se han alejado de la tierra natal

Así que todas las poetas en los ojos de ustedes

resplandecen como agua iluminada

 


 

*LI CHENGEN

Es poeta, escritora y directora de documentales. Nació en la provincia de Anhui y actualmente vive en Beijing.