tlcan: renegociar o morir

Hace casi 25 años, Jaime Serra Puche fue el encargado por México de firmar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (tlcan). En esta entrevista, Gustavo Vega platica con él sobre las implicaciones económicas de que este acuerdo se termine, así como de los posibles escenarios frente a su renegociación.

 

– ENTREVISTA A JAIME SERRA PUCHE –

 


 

Gustavo Vega:* Bajo el lema America first y Buy America, Trump anunció una agenda nacionalista en lo económico y proteccionista en lo comercial, contraria al orden económico liberal de posguerra del cual Estados Unidos había sido el principal artífice y defensor. Por ello, prometió que abandonaría el tpp —lo cual ha cumplido— y que renegociaría el tlcan para asegurar que Estados Unidos superara el déficit comercial con México y regresaran los empleos que México ha sustraído de su país.

¿Qué opina de la interpretación que hace el presidente Trump de la relación comercial entre ambos países? ¿Tiene algún fundamento la crítica que hace del superávit comercial del que goza nuestro país?

Jaime Serra: La administración de Trump parte de una equivocación básica y fundamental de contabilidad nacional. Supone que un país que tiene superávit comercial gana sobre un país que tiene déficit; eso es incorrecto, y peor es pensar que el déficit comercial de un país depende de su política comercial. De hecho, el déficit comercial de un país depende fundamentalmente de su política macroeconómica y de si es capaz de generar suficiente ahorro, tanto gubernamental como privado, para pagar por sus inversiones y sus gastos. En Estados Unidos, el crecimiento del déficit fiscal es inevitable, puesto que los consumidores norteamericanos no ahorran lo suficiente, lo que ha provocado ese déficit comercial. Esta premisa equivocada es una amenaza seria de volver al proteccionismo: si un país siente que tener déficit es una pérdida y si ese criterio se generaliza en todo el mundo, nadie va a querer tener déficit.

El riesgo que veo con esta demanda —a la que además se le añaden las de justicia (fairness) y reciprocidad (reciprocity)— es que el gobierno de Estados Unidos está guiándose por una agenda mercantilista y proteccionista que no es ni justa ni recíproca. Doy dos ejemplos acerca de la renegociación del tlcan para demostrarlo. El primero es que quieren aumentar las reglas de origen en el sector automotriz con un contenido nacional, que es totalmente contrario al concepto de regla de origen, en el cual no habría reciprocidad ni sería justa porque ellos quieren que el contenido nacional sea estadounidense; el segundo es la propuesta de establecer una serie de reglas en el sector agrícola que les dé ventajas para proteger su mercado contra nosotros, y que nosotros no las pongamos, lo cual tampoco sería justo ni recíproco.

Gustavo Vega: ¿Qué opina sobre el abandono del Tratado Transpacífico de Asociación Económica (tpp)? ¿Fue una pérdida importante para Estados Unidos, ya que fue el país que lo promovió?

Jaime Serra: Desde el punto de vista comercial, no creo que haya sido de gran importancia. Hay que entender que el tpp lo promovieron países, y en particular Estados Unidos, con un argumento mucho más geopolítico que económico —para poner una barrera al crecimiento chino en el mercado asiático y poder dar acceso al mercado asiático a productores americanos y de otras partes del mundo—. No obstante, donde sí creo que ciertas propuestas de Estados Unidos pueden tener costos económicos importantes es en la negociación para modernizar el tlcan, propuestas que debieran de ser inaceptables.

Gustavo Vega: ¿Se refiere, por ejemplo, a la cláusula de extinción cada cinco años?

Jaime Serra: Esta cláusula de extinción, que es una barbaridad, dice que cada cinco años se muere el tlcan y que lo revivimos nada más si estamos de acuerdo. Entonces, cada cinco años los tres países van a estar fuera del tlcan y van a tener que ponerse de acuerdo para regresar. Las cláusulas que hoy tiene el tlcan señalan que todos están de acuerdo y, si alguien quiere salirse, lo tiene que notificar —es exactamente lo inverso—; ¿para qué cambiarlo?, pues para tener la amenaza y la espada de Damocles de Estados Unidos sobre sus socios. Es un absurdo, porque además genera una incertidumbre enorme para los inversionistas de la región.

Gustavo Vega: Sin embargo, el gobierno mexicano hizo una contrapropuesta: aceptar una revisión cada cinco años, pero no necesariamente con cláusula de extinción: una revisión que permita que cada cinco años se haga un recuento de asuntos y temas que requieren actualizarse y/o mejorarse. Esto sería importante, pues no puede negarse que el tlcan, debido a su diseño institucional que no permite cambios en las reglas si no las aprueba el Congreso, no logró avanzar en muchas cosas que requerían renovarse. 

Jaime Serra: Es cierto. 

Gustavo Vega: Entonces, ¿no podría pensarse que esa cláusula estableciera compromisos de revisar y resolver temas pendientes y, aún más, de actualizar y renovar el nuevo tlcan?

Jaime Serra: Sí, a mí eso me parece aceptable, es decir, tener una reunión cada cinco años para tomar un poco la temperatura de cómo están las cosas y corregir las que lo requieran me parece muy bien, pero es muy distinta a la de la muerte súbita, que es la que están proponiendo. Sin embargo, a la propuesta de revisión y actualización le agregaría una condición: que la métrica no sea el déficit comercial porque lo que va ocurrir, y lo veo venir, es que, si los americanos pasan su reforma fiscal, van a bajar sus ingresos; y si llevan adelante su programa de infraestructura de un trillón de dólares, van a subir sus gastos; eso quiere decir que el déficit fiscal en Estados Unidos va a subir. Si el déficit fiscal en Estados Unidos sube y los consumidores americanos no ahorran más, que no ocurrirá, entonces el déficit fiscal va a resultar en un déficit comercial dentro de cinco años, lo que nos va a llevar a encontrarnos en la misma discusión de que México se ha aprovechado de Estados Unidos porque tiene un superávit con los americanos, cuando, en realidad, la explicación es justamente las políticas que está llevando a cabo en este momento la propia administración de Trump.

Gustavo Vega: De acuerdo con Ildefonso Guajardo, secretario de Economía, la amenaza de salirse del tlcan no se ha concretado y, en la medida que transcurra más tiempo, hay menores posibilidades de que se concrete. Dice también que, de llevarse a cabo una negociación exitosa, en términos de lograr la modernización del tratado, Trump podría venderla a su electorado como un logro que obtuvo a diferencia de sus predecesores, que siempre hablaron de renegociar el tlcan sin lograrlo.

Jaime Serra: Ojalá, pero soy un poquitín más cínico en esto. Si uno ve la naturaleza de las propuestas que han presentado, como la cláusula de extinción y la propuesta de volver a un esquema de cuotas —las reglas de origen nacionales—, son un contrasentido. Las reglas de origen no pueden ser nacionales a menos de que no se quiera relación comercial entre México y Estados Unidos. La Unión Europea, por ejemplo, no tiene reglas de origen porque se trata de una unión aduanera y todos los países de esa unión tienen el mismo arancel hacia el resto del mundo. En el tlcan no tenemos eso; los estadounidenses tienen su arancel hacia el resto del mundo, los canadienses el suyo y nosotros el nuestro. Entonces, lo que puede ocurrir es que una empresa de otro país fuera de América del Norte entre por el país con el arancel más bajo y penetre a los mercados que tienen el arancel más alto, para así aprovecharse de las preferencias que otorga el tlcan.

Gustavo Vega: En el peor escenario, donde no se logré alcanzar algún acuerdo, ¿cuál sería la fórmula alternativa para regular las relaciones comerciales entre México y Estados Unidos?, ¿es viable la omc como un mecanismo alternativo? No hay que olvidar que la omc no ha tenido éxito en avanzar en términos de negociaciones sustantivas desde 2001 y que Trump también ha amenazado con abandonarla.

Jaime Serra: La omc se vuelve el paso automático; si los americanos deciden salirse del tlcan, nuestra relación queda regulada por la omc. Para mí, ése no es el peor de los escenarios; para mí, el peor de los escenarios es que hagamos del tlcan un Frankenstein: que con el afán de conservarlo se acepten reglas que son absurdas —como las de la renegociación que te he mencionado— y que empecemos a aceptar cosas que se eliminaron con el tlcan: las cuotas textiles, limitar en ciertas épocas del año nuestras exportaciones agrícolas o una lista larga de medidas que podría mencionar y que se eliminaron con el tlcan, y particularmente el sistema generalizado de preferencias. Si a ese escenario le sumamos la posibilidad de que Trump decida salirse de la omc, el tema tlcan se convierte en un asunto menor porque se generaría una guerra comercial como la que no hemos visto, por lo menos tú y yo, nunca.

Gustavo Vega: ¿Cree que pueda llegar a ocurrir? Es sabido que hay numerosos e importantes grupos, sectores y estados de la Unión Americana que claramente están en contra de estas propuestas descabelladas de Trump.

Jaime Serra: Cuando ves lo que ha hecho este hombre, saliéndose del Acuerdo de París, saliéndose de la unesco y amenazando con otras cosas más, no puedes descartar que también decida salirse del tlcan e incluso de la omc, lo cual resultaría realmente aberrante.

Gustavo Vega: Pero iría en contra de la globalización, tal como la estamos entendiendo.

Jaime Serra: Por supuesto; es lo que te decía al principio: este entendimiento débil o incorrecto de las bases elementales de la contabilidad nacional y esta idea de “justicia y “reciprocidad” apuntan hacia un proteccionismo creciente y creo que, ante esto, debemos unirnos muchos países para decir, ¡cuidado!, porque esto puede tener un impacto mayor en el comercio mundial.◊

 


* GUSTAVO VEGA
Es profesor e investigador del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México.