Sobre las ilustraciones | Núm. 21

 

 El cambio y sus metáforas

 

RAFAEL ROJAS*

 


 

La exposición Lapsos y colapsos (2022), de Daniel Goldin, en el Museo de la Ciudad de Querétaro, es un muestrario compacto de recursos de la vanguardia pictórica del siglo xx. El espectador encuentra marcos portátiles que se aplican como lentes a las pinturas, cuadros que giran sobre un eje en la pared, instalaciones, retratos expresionistas, telas que se ven por delante y por detrás, incursiones en el pop y salidas a la abstracción.

El título y el contenido de la muestra aluden al tiempo y al cambio, a la permanencia y al derrumbe. El artista asocia el encadenamiento de los intervalos y los desplomes de la temporalidad con la historia de su presente. La época insinuada en las piezas de la exposición es aquella que impone su presencia con la pandemia y la crisis, el dislocamiento y la mudanza del artista.

En una novela que recrea el Libro de Job, Patrick Bouysse asegura que la osadía humana de “inventar el tiempo” sirve para separar cada vida mediante “líneas divisorias”. Daniel Goldin, escritor, editor, fundador y gestor de instituciones culturales, agrega un nuevo lapso a su biografía, que es también un deslinde, una fragmentación de su propio tiempo vital.

Las piezas de Lapsos y colapsos, desde múltiples mediaciones y desplazamientos, se refieren a una época de enfermedad y muerte. No por azar, un tríptico destacado en la exposición lleva por título “Mariúpol”, la ciudad ucraniana que ha sido escenario de la encarnizada lucha entre rusos y ucranianos desde febrero de 2022.

Dos ensayos escritos por la pensadora y novelista estadounidense Susan Sontag pueden acompañar la reflexión sobre la obra de Goldin: La enfermedad y sus metáforas (1996) y Ante el dolor de los demás (2003). Si en el primero Sontag explora las formas en las que las epidemias son representadas en la cultura global, en el segundo cuestiona la obscenidad de la imagen de la guerra en la fotografía y el arte.

Los lapsos y colapsos de Goldin proponen asumir la presencia y la mutabilidad del sujeto, en medio de las catástrofes, como rasgos de nuestro tiempo. El arte aparece aquí como una vía de inferencias y sugestiones que facilita el resguardo ante la incertidumbre, pero también como un ejercicio de experimentación que afirma el legado de la tradición vanguardista del siglo xx.

La exposición, que abre y cierra con retratos, el de Santa Ana, madre de la virgen María, y el de unos jóvenes en torno a un círculo imaginario, inspirados en las momias de Al Fayum, es una invitación a un diálogo sobre el cambio y sus metáforas. Un diálogo silencioso, en susurros, que continúa en el soliloquio del espectador cuando traspasa las paredes del museo.◊

 

 


 

* Es profesor-investigador en el Centro de Estudios Históricos (ceh) de El Colegio de México. Actualmente dirige la revista Historia Mexicana. Es licenciado en filosofía por la Universidad de La Habana y doctor en historia por El Colegio de México. Se especializa en la historia intelectual, política y diplomática de América Latina en los siglos xix y xx. Es miembro de número de la Academia Mexicana de la Historia y de los consejos editoriales de las revistas Istor, Cuban Studies y Letras Libres. Entre sus publicaciones más recientes se encuentran Historia mínima de la Revolución cubana (El Colegio de México, 2015), La polis literaria. El boom, la Revolución y otras polémicas de la Guerra Fría (Taurus, 2018) y La epopeya del sentido: ensayos sobre el concepto de Revolución en México (1910-1940), El Colegio de México, 2022.