Poesía china contemporánea

La nueva poesía china —la poesía moderna en lengua vernácula— se encuentra en su mejor momento pocos años después de cumplir un siglo de desarrollo y presenta una prosperidad sin precedente en lo que se refiere a voces, estilos y estéticas. El profesor y traductor Sun Xintang, en este pequeño muestrario compuesto por tres poetas chinos, ofrece una mirada fiable de su producción actual.

 

HU XIAN, SHEN HAOBO Y LI CHENG-EN* / SELECCIÓN Y TRADUCCIÓN DE SUN XINTANG**

 


 

Poemas de Hu Xian

 

Un carácter chino

Un individuo silencioso
queda en medio del estridente colectivo.
—Tiene sentido de la ubicación, pero no sabe
lo que ha pasado en un poema.

Suele pensar: éste sigue siendo un país caótico, lleno de
delatores, payasos, eunucos que venden poesía…
Cuando alguien recita, escucha las relaciones
entre ese sonido y los demás.

—Sólo puede sentir un espacio abstracto:
el yo nunca ha cambiado, pero el mundo
se bifurca en líneas a lo largo de un poema
y pasa zumbando a su lado.

 

Nieve

El amor es fingir que se dibuja otra cosa
mientras se le llama al espacio vacío: nieve.

El odio es hablar de odio como si se tratara de amor
hasta que la fatiga se confunde con el silencio.
El mundo en calma, sólo quedan remolinos de nieve.

La indiferencia es hacer un muñeco de nieve,
traer un ser irrelevante a este mundo,
y escuchar la avalancha en su interior.

 

Leer las montañas en Pingwu

Amo estas montañas y los ríos que se deshacen una y otra vez,
amo los peligrosos barrancos,
tal como amo los tiempos turbulentos del pasado.
Las rocas se inclinan. Amo
el orden controlado por la furia.

…Entre los ecos, la tierra
de repente se arquea. Amo la fuerza rota
en el aire, también los recuerdos que aquella capturó
sobre las cicatrices y las estrellas.

Amo la cumbre de la montaña, pero también
amo la roca gigante que rueda desde la cima hacia abajo
por su amor al abismo:
por el resto de la vida, un corazón fallido
ama los grandes desastres.

 


 

Poemas de Shen Haobo

 

 

Bajo el laurel

Mi tierra natal es una aldea
situada al norte de la provincia de Jiangsu.
Se llamaba Shenjiaxiang —“Lar de los Shen”—,
nombre desaparecido hoy en día.
Pero la vieja casa familiar sigue en pie.
En su patio hay un huerto donde cultivamos verduras
y crecen almendros, duraznos y otros árboles.
El más alto y frondoso es el viejo laurel, que en otoño
emana una intensa y dulce fragancia.
Todos apreciamos este árbol que ha visto nacer
a varias generaciones de la familia.
“Bajo el laurel”, así se llama la cuenta del clan en WeChat.1
La vieja casa fue construida hace más de treinta años,
cuando mis padres y mis tíos reunieron
treinta mil yuanes y la levantaron.
Ahora en ella sólo viven mi tío y su señora, ambos octogenarios.
Mi tío es paralítico y anda en silla de ruedas.
Padece trastornos del lenguaje y no puede hablar.
A veces está lúcido y otras veces, confundido.
El día Qingming2 vuelvo a mi pueblo. También están de regreso
mi primo y mis dos primas con sus esposos. Todos
nos juntamos en la casa familiar. Las primas
preparan la cena; sus maridos, mi primo y yo conversamos
con nuestras copas en las manos. La tía
nos observa sonriente. Hablamos mucho
de mis travesuras en la infancia: cuando mi padre
me pegaba, la tía lloraba de dolor.
Cuando era pequeña, mi prima menor molestaba mucho.
Un tío suyo se enfadó tanto que dijo que la mataría con un hacha.
El día que se casó mi prima mayor, el novio
vino en bicicleta y de noche se la llevó
recorriendo lentamente la carretera en la oscuridad, mientras, más atrás,
la prima menor y yo los acompañábamos en silencio.
El primo me dice: ¿Por qué no escribes las historias de la familia?
Yo contesto: Escribí hace tiempo, por ejemplo, de tus lloriqueos
cuando eras pequeño. Mis palabras le provocan una carcajada.
Más tarde la tía muestra cansancio, pero no quiere acostarse.
Desea estar con nosotros y escuchar nuestro parloteo.
Ella está de buen ánimo.
Primero porque hace unos días el primo y las primas
la llevaron a Shanghái para un examen de salud.
Tenía tanto dolor en las piernas que casi no podía caminar
y finalmente encontraron la causa y la sometieron a un buen tratamiento.
Segundo, porque todos hemos vuelto a casa y las risas brotan
bajo el laurel. Mi tía era muy hermosa en su juventud,
y ahora, mientras está con nosotros,
bajo las luces del comedor brilla intensamente su cabello plateado.
Se vislumbra todavía su lindo rostro juvenil.
Ella no sabe que mi primo llora a escondidas.
Éste le cuenta que lo que ella tiene es tuberculosis ósea,
una enfermedad de tratamiento lento, pero curable.
Mi tía cree sus palabras y confía en su recuperación.
En este momento todos hablamos y reímos.
Nadie le revela la verdad: es un cáncer pulmonar avanzado.
Ésta es una reunión familiar entre risas y lágrimas;
la familia lleva una vida simple, pero que merece aprecio.
Mis primos se ven felices de estar juntos y demuestran
un gran amor por su madre. Son mucho mayores que yo
y me enseñaron a crecer. Hoy, esta misma noche,
siguen dándome lecciones sobre la vida y el amor.

 

La luna de ella

No estoy seguro
de tener una hija y verla crecer.
No sé qué me deparará el futuro.
Es como la luna que traspasa la ventana y llega al suelo del living.
Quedo inmerso en sus brillos. Pero ella viene a decirme
que sus claros destellos me alumbran
y que su destino no me pertenece.

A veces miro con curiosidad a mi hija de dos años
que me atrae cada día con mayor fuerza.
Abrazo su tierno cuerpo y beso su cara redondita,
pero en estos momentos
siento una distancia entre ella y yo
más misteriosa que Dios,
más transparente que el aire.
Debe tratarse de un cálido abismo
tal como entre el sol y la luna,
entre la luna y yo.
Lo vivo con mucho esmero,
pero sin llegar a la clara luna de su alma.
Está creciendo muy rápido, como la luna que corre
en el cielo
con el rostro que cambia de un día a otro
con las centellas que pasan por encima de las palmas
de mi mano
y que se extienden por el cielo entero.
Ella me vencerá, como vencerá a la noche oscura.

 


 

Poemas de Li Cheng-En

 

El crepúsculo

Me adormilé y el otoño partió
como si le hubiera olvidado.
En realidad, tengo ajenjo en mi corazón
y aún arden las hojas rojas en mis ojos.

Llegué sola al atardecer
de repente, mi cabeza y la colina se derritieron
en los últimos momentos del sol
entre tristeza y felicidad.

 

Sobre la dulzura

Una persona lleva un árbol cuya copa es de tinta negra
que gota a gota cae en la sombra del verano.
Una mujer abre la puerta con sus dedos pálidos.
Hay una llama en su rostro.
Hay un árbol en su boca.
Rueda la copa del árbol
mientras ella habla rápido
y sus ojos parpadean con emoción.
Finalmente se sienta.
Me mira a los ojos
exhalando un aroma de orquídea.
Me dice palabra por palabra:
Las cosas del mundo son como la tinta
yo sólo escojo una corona de árbol.

 


 

1 WeChat es una aplicación china muy popular que ofrece servicios de mensajería y llamadas gratis, redes sociales, servicio de pago en línea y demás. (N. del T.).

2 Qingming es el nombre de la fiesta tradicional china de “Claridad Pura”, en la cual se honra a los muertos. También se le conoce como el “día de barrer las tumbas” y suele celebrarse en los primeros días de abril. (N. del T.).

 


 

* Hu Xian  es poeta y ensayista chino. Ha publicado recientemente los poemarios Reloj de arena y Escalera vacía y el libro de ensayos Gente que nunca podrá volver a su tierra, entre otros. Ha recibido también numerosos premios de poesía. Sus obras se han traducido al inglés, francés, español, ruso y coreano.

Shen Haobo, poeta y editor, es licenciado en Filología y Literatura China por la Universidad Normal de Beijing. Lideró a finales de los años noventa el movimiento poético “Partes Bajas”. Entre sus poemarios se cuentan Crónicas de la aldea Wenlou, Las mariposas y Ordenarme callar. En español ha publicado tres antologías: Partes bajas, Palabra hablada y Partes bajas: poemas de Shen Haobo.

Li Cheng-En es poeta, escritora y directora de documentales. Ha publicado antologías poéticas como Conciencia en la brisa primaveral, El estanque y Cuidar las ideas, así como libros de ensayo, tales como Escribir es el estudio fotográfico de mi alma y la Antología de Li Cheng-en, en formato multimedia. Sus obras se han traducido al inglés, francés, alemán, japonés, español y mongol, entre otros.

** Sun Xintang  es profesor de la Universidad de Lengua y Cultura de Beijing y profesor honorario de la Universidad de Congreso, Argentina. Fue subdirector del Centro Regional de Institutos Confucio para América Latina y director del Instituto Confucio de la unam. Ha traducido del chino al español una treintena de autores. Es también traductor al chino de cuentos y poesía de varios escritores españoles y latinoamericanos.