
01 Abr Mesoamérica, más allá del paisaje: la destrucción y la pobreza
Con el video Mesoamérica: efecto huracán como punto de partida (del artista oaxaqueño Edgardo Aragón), Araceli Damián reflexiona acerca de una “modernidad fragmentada y excluyente” que provoca devastación mediante proyectos supuestamente defensores del medio ambiente, pero que, en los hechos, despojan y marginan a las comunidades.
ARACELI DAMIÁN*
Desde finales del siglo xix, la pintura de paisaje en México buscaba la afirmación de la identidad nacional (García Cuevas, 2020), un elemento pictórico que incorpora las representaciones de las culturas indígenas durante el periodo posrevolucionario para enaltecer los orígenes pluriculturales de la nación. La armonía en los colores, la vastedad territorial, el maíz, el nopal y los magueyes se conjugan con cuerpos armónicos, en muchas ocasiones corpulentos y poderosos. Sobre todo en los murales, el paisaje sirvió como telón de las representaciones de una idea de progreso en la que las poblaciones indígenas y marginadas se incorporaban a la modernidad a través de la educación y el desarrollo tecnológico. De esta manera, el territorio representado en el paisaje daba cuenta de procesos sociales, económicos y culturales que, desde una visión idílica, permitirían, en un futuro cercano, sacar de la pobreza a los sectores más desfavorecidos del país.
Con el devenir de los años, el desarrollo de las artes plásticas incorporó las nuevas tecnologías, con lo que la videograbación se convirtió en una herramienta que permite complejizar las representaciones del paisaje y la territorialidad de las interacciones sociales y políticas. Sin embargo, los temas no parecen cambiar del todo. La persistencia de un desarrollo excluyente, en el que continúa existiendo una elevada pobreza, sigue siendo fuente de inspiración de diversos artistas. Es el caso de Mesoamérica: efecto huracán (2015), video realizado por Edgardo Aragón (1985), que fue proyectado en una exposición virtual del Museo de Arte Contemporáneo (muac) de la unam en 2020, durante la pandemia.1 Aquí, el paisaje vuelve a utilizarse como herramienta artística, pero, más que exaltar “lo bello” o construir con la imagen la promesa de una futura vida digna, el artista recurre a él para denunciar una problemática compleja de la realidad mexicana, sin olvidarse de la estética.
Aragón utiliza como base para la elaboración de su pieza el “Proyecto Mesoamérica”, iniciado en 2008, cuyo objetivo fue construir, en las áreas desérticas y ventosas del istmo de Tehuantepec, una serie de parques eólicos bajo la promesa de convertirlos en una fuente para “disminuir la desigualdad social y la pobreza” en diversos poblados zapotecas de Oaxaca. Sin embargo, como bien lo retrata Aragón, las comunidades cercanas, hasta la fecha de la realización del video, no habían recibido los beneficios prometidos.
El artista, originario de ese estado, incorpora en el video tanto el paisaje como diversos elementos de la cultura zapoteca, uniendo la imagen con la voz mediante diversos relatos de esa cultura. Destaca la profundidad de su análisis dialéctico en los momentos en los que escuchamos la lectura de uno de los textos del poeta Andrés Henestrosa, también oaxaqueño, quien en su tiempo realizó una importante recuperación del legado cultural zapoteca. Aragón utiliza estos elementos de contexto para mostrar una postura crítica ante las contradicciones de una modernidad fragmentada y excluyente.
La obra adquiere un carácter global y, por ende, mayor fuerza, al traspasar nuestras fronteras, ya que la palabra Mesoamérica hace referencia a un área geográfica que incluye, además de distintos territorios de México, otros ubicados en Guatemala, Belice, El Salvador y la costa occidental de Costa Rica y Honduras.2 En estos espacios se desarrollaron importantes culturas prehispánicas, como la olmeca, la mexica, la maya, la teotihuacana, la zapoteca, la mixteca o la purépecha; si bien éstas tuvieron temporalidades de existencia y esplendor distintas, se integran bajo un constructo social que las asocia en un conglomerado de culturas originarias. Lo que es indiscutible es que las poblaciones indígenas descendientes de esas culturas han sido marginadas y avasalladas desde la Conquista, independientemente del país del que se trate.
En el video, Aragón nos comparte diversos paisajes naturales y socialmente construidos que va encontrando en el recorrido en automóvil, realizado desde la capital del estado de Oaxaca, para llevar una batería que daría electricidad a Cachimbo. Esta comunidad sin luz eléctrica está ubicada a sólo ocho kilómetros de un parque eólico. Las imágenes del territorio modificado a partir de su construcción develan las sinrazones de los grandes proyectos que favorecen a empresas multinacionales (o nacionales), mientras que despojan de la tierra, el paisaje y la identidad a las comunidades originarias, las cuales, a pesar de esta modernidad, se mantienen en la marginación y la pobreza.
El paisaje árido oaxaqueño se ve transformado por enormes torres y grandes turbinas que fueron situadas bajo una retórica de cuidado al medio ambiente, con un discurso sobre la necesidad de instalar las mejores tecnologías renovables. Las torres transformaron profundamente el paisaje: se erigen como una barrera de molinos de viento que recuerdan al ingenioso caballero don Quijote de la Mancha, quien pensó que eran gigantes e intentó quitarlos de la faz de la Tierra, pues los creía de mala simiente. Si el Quijote recorriera ahora el territorio en el que se ubica el parque eólico, seguramente de nuevo intentaría derrumbar los molinos, logrando solamente hacer pedazos su lanza y quedando él maltrecho, como ha ocurrido con las comunidades que rodean estos desarrollos.
Si bien la problemática que aborda Aragón no es nueva, su video logra hacernos reflexionar sobre los efectos devastadores que producen proyectos que en teoría benefician el medio ambiente, pero que, al estar subsumidos en la lógica capitalista, despojan y marginan a las comunidades históricamente relegadas.
La obra retrata y contrasta lo natural con lo social mediante el uso de colores. Sus tomas nos muestran la belleza del paisaje, con verdes, azules y horizontes en los que no se distinguen cielo y mar, frente a imágenes que, con colores más grisáceos u oscuras siluetas de personas con precarias herramientas en brillantes fondos, nos enseñan la devastación y destrucción de casas, propiedades y automóviles, provocadas por los huracanes, el abandono ante la imposibilidad de reconstruir y la pobreza ancestral. Así, la pintoresca imagen que desde el poder se construye de Oaxaca, la de los paisajes y las mujeres hermosas, con vestidos brillantes y llamativos aretes, collares y pulseras de oro, contrasta con un pueblo presa de su historia y su geografía, que lo sumergen en una soterrada realidad que Aragón proyecta sin ficción ni romanticismo.
Otros de los elementos que se explican en el texto curatorial de la exposición y que de alguna manera quedan reflejados en la obra son los estragos que padece la comunidad por encontrarse en una zona limítrofe, en dos sentidos, con el mar y con Chiapas. Por un lado, su ubicación geográfica expone a sus habitantes a una vulnerabilidad económica y social, no sólo por los embates naturales, sino también por estar expuesta a la entrada por agua de la delincuencia, el narcotráfico y el mercado negro. La conflictividad social se agudiza por el temor al despojo y a la invasión que puedan realizar sus vecinos chiapanecos, miedo que ancla a estas poblaciones todavía más a su tierra, mientras que algunos, para sobrevivir, se ven obligados a la migración forzada.
Las imágenes de Cachimbo reflejan historias que, si bien añejas, son muestra de la profundización de la desigualdad y la pobreza que se agudizan ante la desolación y la violencia social e institucional producto del abandono. La gran riqueza natural y cultural también se ve amenazada por proyectos de modernidad capitalista, al tiempo que la población que continúa pobre va perdiendo sus tradiciones.
La estética utilizada por Aragón, al ser en ocasiones casi poética, contrasta fuertemente con las representaciones de la compleja y violenta realidad social mexicana elaboradas por otras y otros artistas mexicanos, entre quienes se encuentra Teresa Margolles, cuya crudeza revela problemas graves que la sociedad mexicana no ha podido superar y que se han recrudecido ante el aumento del dominio del narcotráfico y la delincuencia organizada, que se van apoderando de distintos territorios del país, como el de Cachimbo. Inquieta que la representación artística de problemas viejos y profundos, como el racismo, la marginación, la violencia y la pobreza, se haga de forma “sutil”, como lo hace Aragón. No por ello oculta o manipula, sino que con la cámara nos abre una ventana para mirar más de cerca una realidad que está entre nosotros, pero que casi siempre ignoramos por creerla lejana.◊
1 Aunque el video no está disponible, una explicación de la exposición y diversas fotografías pueden consultarse en la página web del muac.
2 El término Mesoamérica fue definido en 1943 por el historiador y etnólogo alemán Paul Kirchhoff en un intento por establecer un nombre genérico para pueblos del continente americano que presentaban, a su juicio, rasgos culturales comunes.
Referencia bibliográfica
García Cuevas, Andrea, “El paisaje a través de la mirada de Edgardo Aragón”, Investigaciones Geográficas, núm. 101, abril de 2020, México, Instituto de Geografía-unam.
* Es profesora-investigadora en el Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales de El Colegio de México. Estudió el doctorado en la Universidad de Londres; ha sido investigadora visitante de las universidades de Bristol y Manchester, y ha impartido cátedra en la uam-Xochimilco, en el Instituto Mora y en la Escuela Nacional de Antropología e Historia. En 2020 publicó, en coautoría, Medición de la pobreza de México: análisis crítico comparativo de los diferentes métodos aplicados. Recomendaciones de buenas prácticas para la medición de la pobreza en México y América Latina (cepal), y en 2022 participó en el libro colectivo Desigualdades laborales y urbanas en México (El Colegio de México).