01 Jul Historia mínima del yoga
AGUSTÍN PÁNIKER*
Historia mínima del yoga.
Adrián Muñoz y Gabriel Martino, México,
El Colegio de México, 2019, 293 pp.
Existe una abundante literatura sobre el yoga en cualquier librería de toda gran ciudad. Hace décadas que el yoga dejó de ser una “moda” o un exótico artilugio oriental. La palabra ha sido integrada por casi todas las lenguas y su práctica, en una modalidad u otra, forma parte del horizonte de salud física o espiritual de cantidad de sociedades.
En las estanterías de esas librerías suelen dominar dos tipos de textos sobre yoga. En primer lugar, los manuales prácticos ilustrados destinados a los practicantes, en gran mayoría adscritos a un abordaje o “marca” de yoga particular. En segundo lugar, tratados de maestros espirituales que proclaman a sus devotos lectores lo que el yoga es, su esencia y sus beneficios.
La Historia mínima del yoga no entra en ninguna de estas categorías. En todo caso, las investiga. Afirman sus autores que “no existe el yoga, sino múltiples formas de yoga”. Para mí, es motivo de honda alegría que un texto admita y aborde, sin complejos, que eso que —en conjunto y retrospectiva— hemos convenido en designar “yoga” consiste en una amalgama de vectores, tradiciones, corrientes, textos y linajes. Precisamente, lo que hace del yoga algo tan interesante y popular es la larga historia de diálogos y transformaciones (espirituales, religiosas, filosóficas, culturales, políticas…); es decir, el reconocimiento de que el yoga tiene su historia: es historia. No es algo estático o acabado, por mucho que algunos dejen entrever lo contrario.
Este texto rellena, así, una pavorosa laguna en lengua española. Si no estoy equivocado, se trata de la primera historia de lo que, en honor a su cromatismo, podemos llamar —incluso mejor que “yoga”— “cultura yóguica”. Un acierto editorial doble por contar con dos renombrados especialistas: el mexicano Adrián Muñoz y el argentino Gabriel Martino. Lógicamente, ambos pueden ofrecer el plus de los no siempre conocidos andares del yoga en Latinoamérica.
Aunque el texto dimana del conocimiento académico de ambos profesores, posee una decidida vocación didáctica. El lenguaje es asequible; la estructura, simple, con escasas citas académicas, sin farragosas notas a pie de página; y evita los tecnicismos propios de los guetos de los especialistas. Se trata de un texto que no da por supuesto en el lector un conocimiento previo sobre la cuestión, pero capaz de mantener el rigor indológico y científico que cabría esperar en una publicación de El Colegio de México.
El libro ha de ser del máximo interés para estudiosos de la India, de su historia o de su filosofía, para practicantes de yoga o, simplemente, para personas interesadas en el fenómeno religioso o espiritual. Se agradece el generoso epílogo bibliográfico comentado y un muy necesario glosario.
Una pregunta sobrevuela el libro, una cuestión de la máxima actualidad en el mundo del yoga y en el de los estudios de la cultura yóguica: ¿cómo una práctica que en sus orígenes parece claramente anclada en la cultura ascética, meditativa y espiritual de la India deviene una disciplina tan física y corporal, tal y como conocemos el yoga en el siglo xxi? La Historia mínima del yoga aporta numerosas claves y traza los desarrollos que van desde sus orígenes hasta el presente. O, para ser más exactos, arranca desde sus improbables orígenes indusinos, sus primeras apariciones en las Upanishads y en la antigua cultura ascética índica (donde el concepto se entiende ya como “disciplina”), pasando por sus vínculos con las tradiciones médico-ayurvédicas de la antigüedad o las tradiciones meditativas del budismo. Con Patañjali y sus comentaristas, en los primeros siglos de nuestra era, el yoga adquiere la categoría de darshana o sistema filosófico-práctico, siempre en diálogo y tensión con el budismo y el jainismo. El marco sigue siendo ascético y renunciatorio, y la dimensión corporal y postural (los asanas) aún es secundaria. La cultura yóguica penetra asimismo en los círculos devocionales y aparece en un texto ecléctico como la Bhagavad-gita, ya como vía universal. Muy interesantes son las aportaciones que Muñoz y Martino realizan del yoga en los mitos, las leyendas, el folclor popular y las epopeyas.
Es en el contexto del tantra medieval cuando el yoga aparece como alquimia y el cuerpo del yogui adquiere un nuevo protagonismo, en especial en el movimiento de los naths y en textos como el Hathayoga-pradipika. Como era de esperar, nuestra fascinante historia se adentra en las complejas interacciones de estas añejas tradiciones —marginales, iniciáticas y algunas hasta transgresoras— de control de los sentidos, alquimia corporal y ascesis meditativa con la modernidad y la colonialidad; un diálogo muy intenso a finales del siglo xix, cuando vemos sobresalir un raja-yoga de corte teosófico (y menos patañjálico), higienizado, vedantizado y muy centrado en el cuerpo. El texto profundiza acerca del papel que jugaron figuras como Vivekananda, Yogananda, Krishnamacharya, Muktananda o Iyengar (que generarán las “marcas” de yoga postural o soteriológico más conocidas de la segunda mitad del xx). Luego irá apareciendo el resto de las “marcas”. Especialmente novedosa es la investigación sobre la asociación entre el universo yóguico y la política, algo que ya aparece en el movimiento nacionalista indio de principios del xx, pero que realmente adquiere relevancia a finales de esa misma centuria, con las movilizaciones del VHP o con las recientes campañas de Narendra Modi, primer ministro del país desde 2014, esforzado en ligar el yoga a la ideología nacionalista hindú.
He aquí, pues, un estudio que resalta el diálogo de la cultura yóguica con otras tradiciones, como el budismo, el islam o la modernidad (y sus vectores: la ciencia, la cultura física occidental o el nacionalismo). Una obra que no idealiza una India espiritual, ni cosifica el yoga o enjuicia sus transformaciones; un sobrio trabajo que tampoco elude abordar los aspectos controvertidos del yoga o la ideologización a la que está siendo sometido. Al fin, disponemos del texto que nos muestra el yoga en la mayoría de sus desarrollos.◊
* AGUSTÍN PÁNIKER
Es escritor y editor. Se especializa en la cultura de la India. Es también director de la editorial Kairós.