El habitante 8 000 millones en el planeta nació en México y es una niña

A propósito del nacimiento del habitante 8 000 millones, visión de estadista y sensibilidad demográfica son los factores que Manuel Ordorica propone que existan en los tomadores de decisiones a fin de enfrentar a tiempo, desde ahora, la perspectiva del envejecimiento de la población en México y el consecuente agotamiento del bono demográfico.

 

MANUEL ORDORICA*

 


 

En el primer cuarto del siglo xix, se alcanzaron los primeros mil millones de habitantes en el mundo. Fue necesario que pasaran varios siglos para que este hecho demográfico ocurriera. Los siguientes mil millones de personas llegaron un siglo más tarde, en 1930. Los avances médicos permitieron enfrentar las enfermedades, lo que se tradujo en esperanzas de vida más elevadas. La llegada de los antibióticos fue uno de los momentos estelares del ser humano en la lucha por una vida más larga. En 1928, Alexander Fleming, médico y científico escocés, descubrió la penicilina, lo que permitiría la disminución de los fallecimientos por enfermedades infecciosas producidas por bacterias. La reducción en los niveles de la mortalidad, combinada con una tasa elevada de natalidad, dio como resultado un elevado crecimiento demográfico. Los siguientes mil millones de personas se registraron en 1960, después de sólo tres decenios.

Otro momento estelar entre los grandes inventos de la humanidad fue la píldora anticonceptiva. Entre los “padres” de la píldora anticonceptiva, el austriaco Carl Djerassi es el más famoso, pero la patente del compuesto químico base de este revolucionario invento pertenece también al ingeniero mexicano Luis Ernesto Miramontes, cuyo nombre aparece primero en la patente original. El descubrimiento se produjo en México en 1951 y uno de los principales compuestos se extrajo de una planta del país cuyo nombre es barbasco.

El crecimiento demográfico se mantuvo acelerado y los siguientes mil millones se alcanzaron en 1974. En 1987, la población de la Tierra llegó a 5 mil millones de personas. Doce años más tarde, en 1999, fuimos 6 mil millones de habitantes en el planeta. Luego, en 2011, llegamos a los 7 mil millones. Finalmente, el 15 de noviembre de 2022, alcanzamos la cifra de 8 mil millones de seres humanos.

Saber el número de habitantes en el planeta hoy en día no es suficiente. En el mundo, en 2022, según las Naciones Unidas, la distribución de la población es muy desigual: China es todavía el país más poblado de la Tierra, con 1 426 millones de habitantes; le sigue India, con 1 417 millones, y, en tercer lugar, Estados Unidos, con 338 millones. En 2023, India será el país más poblado de la Tierra. Según las proyecciones de población de las Naciones Unidas, el mundo se estabilizará a mediados del siglo xxi en 10 000 millones de seres humanos. Todo lo que se construyó hasta 1987, año en el que el mundo llegó a 5 mil millones de habitantes, tendrá que volver a realizarse en menos de un siglo.

En 2015, Bill Gates llamó la atención del mundo sobre el riesgo de un brote muy contagioso y letal de gripe. Señalaba que podría matar a más de diez millones de personas en las próximas décadas. Este pronóstico casi se cumplió, ya que, hasta finales de 2022, en la Tierra fallecieron alrededor de 7 millones de personas por la covid. Las tesis de Malthus regresan a la actualidad y parece que están más vigentes que nunca. La expansión del ser humano en distintos hábitats y la presión cada vez mayor sobre los recursos naturales sin duda exponen de modo creciente la salud de la humanidad al estar en contacto con millones y millones de virus de animales que producen enfermedades desconocidas.

Por el alto nivel de contagiosidad de la enfermedad, nuevas variantes surgen. Existe una ley estadística llamada ley fuerte de los grandes números, que puede explicarse de la siguiente manera: si un mono eterno se pone a teclear al azar enfrente de una computadora, a la larga va a escribir las obras completas de Shakespeare, o cualquier otra obra, y no sólo una vez, sino una infinidad de veces. En el caso de la covid, esto quiere decir que en la medida en la que tengamos muchos contagios, a la larga van a surgir nuevas cepas.

Pero imaginemos que el habitante 8 mil millones nació en México, que fue mujer y que su madre y su padre le pusieron el nombre de María, por María Salomea Skłodowska-Curie,​​ mejor conocida como madame Curie, por el apellido del esposo. Ella es un ejemplo para la humanidad; ganó el premio Nobel dos veces. Que sirva de marco de los 8 mil millones de habitantes en el planeta la extraordinaria vida de Marie Curie, ya que no solamente fue una científica que revolucionó la ciencia, sino que también enfrentó los convencionalismos que impedían que las mujeres se desarrollaran en áreas que hasta entonces se consideraban exclusivas para los hombres. Tuvo que enfrentarse a una sociedad machista; primero, esa sociedad puso en duda su contribución a los descubrimientos que obtuvo con su esposo y, luego, la misma sociedad la cuestionó por su vida privada.

¿Pero qué pasará con María? María tiene una esperanza de vida, al nacer femenina, de 78 años, diez años menos que la de Japón hoy, que tiene una esperanza de vida femenina de 88 años; en cambio, la de los hombres es de 82 años en Japón.

Hay que señalar que, en México, con los homicidios y feminicidios, poco antes de la pandemia teníamos la misma esperanza de vida al nacer de hace 20 años. Peor tantito, con la pandemia regresamos a los niveles observados en la esperanza de vida al nacer de hace 30 años.

María tendrá uno o dos hijos o hijas, o probablemente no los tendrá, porque las nuevas generaciones ya no quieren tener descendientes. Esto ocasionará un envejecimiento todavía más acelerado de la población mexicana. Hoy, nuestro país se encuentra por debajo del nivel de reemplazo. En 2022, cuando ella nació, la población de México era de alrededor de 130 millones de personas, con una tasa de crecimiento demográfico de menos de 1% anual, lo que significa que la población se duplicaría en periodos de 70 años, de mantenerse ese ritmo de crecimiento. En cambio, si María hubiera nacido en Nigeria, su esperanza de vida al nacer sería de 56 años, 22 años menos que la de México. Desde el punto de vista de la fecundidad, de nacer en Angola, tendría 6 hijos, pero, de nacer en Ucrania, tendría 1.3 hijos en promedio, cifra por debajo del nivel de reemplazo, es decir, 2 hijos.

Como resultado de la disminución de la fecundidad, María no tendrá problemas para asistir a la escuela. Cuando cumpla seis años, en 2028, ingresará al primer año de primaria. Un hecho demográfico importante es que la infraestructura educativa existente para atender a las niñas y a los niños de 6 a 14 años y a los jóvenes de 15 a 24 años será suficiente en los siguientes años del siglo. La población en edades activas, de 15 a 64 años, es de 86 millones de personas en 2022, y será de 91 millones en 2050. En 2087, cuando María tenga 65 años de edad, su problema central será incorporarse a los sistemas de seguridad social y tener una pensión que le permita vivir adecuadamente, debido a la gran cantidad de personas que existirán en este grupo de edades. La población de 65 años y más en México pasará de 11 millones en 2022 a 41 millones en 2087, es decir, prácticamente se multiplicará por cuatro. María tendrá una situación difícil al final de su vida.1

Mucho se ha dicho del bono demográfico en México, el cual se define a partir de la estructura por edad de la población. El bono se determina por el exceso de población de 15 a 64 años respecto a la población de niños y niñas menores de 15 años y a la población de 65 años y más. Parecería que estamos perdiendo el bono y podría pasar a ser un pagaré demográfico. En 2020, en Estados Unidos, había 11.5 millones de personas nacidas en México, y 27.3 millones eran mexicanos y mexicanas de segunda y tercera generaciones, es decir, personas con uno o ambos padres nacidos en México y personas que se autodefinen como de ascendencia mexicana, respectivamente.2 México aporta parte de su bono demográfico a la grandeza de Estados Unidos de América, aunque hay que reconocer que regresa ese apoyo en montos muy elevados de remesas. Uno de cada dos mexicanos que residen en este país tiene entre 15 y 44 años;3 esta población forma parte del llamado bono demográfico mexicano. Han jugado un papel importante en atenuar el envejecimiento demográfico de la población de Estados Unidos, en la medida que a partir de ese proceso se observan en Estados Unidos déficits de población en edades activas, que cubren los mexicanos.

Nuestra María, la habitante 8 000 millones, tendrá una edad que estará llegando a los 80 años a finales del siglo xxi; muy probablemente verá un mundo en el que la reproducción se encuentre muy por debajo del remplazo, y quizá llegue con vida a los 100 años, cerca de la edad a la que murió Jeanne Calment, que fue de 122 años. Habrá, probablemente, cuatro generaciones conviviendo, pero dos de ellas serán de mujeres de edad avanzada. ¿Quién mantendrá a esta población sui generis, con muchas mujeres? Como se sabe, la esperanza de vida de las mujeres es mayor a la de los hombres. Las mujeres son el sexo fuerte desde el punto de vista demográfico. Si no se resuelve el problema de las pensiones y jubilaciones, ¿qué harán esas personas de edad avanzada que serán principalmente mujeres? Muchas mujeres en edad muy avanzada, solas, enfermas, sin seguridad social ni pensiones. Para resolver este problema, es necesario tener una visión telescópica, de estadista, que exceda los sexenios políticos, así como una sensibilidad demográfica para enfrentar el problema desde hoy, no cuando tengamos encima el problema, como nos pasó cuando el crecimiento demográfico era muy elevado.◊

 


 

1 United Nations, World Population Prospects, Nueva York, onu, 2022.

2 Anuario de Migración y Remesas, año 1, núm. 1, México, Fundación BBVA Bancomer / Secretaría de Gobernación, 2021, pp. 42.

3 United States Census Bureau, American Community Survey (acs), 2017.

 


 

* Es actuario, demógrafo especializado en demografía matemática y doctor en investigación de operaciones. Trabaja como profesor-investigador en el Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales de El Colegio de México. Entre sus publicaciones más relevantes se encuentra el libro Una mirada al futuro demográfico de México (unam y El Colegio de México, 2015). En 2020, participó en la obra Dinámica demográfica de México en el siglo xxi, que publicó El Colegio de México.