El agua potable como elemento de la vida cotidiana en la Ciudad de México

Cuando se hace referencia a los desafíos de provisión de agua potable en la Ciudad de México, puede hablarse de compromisos políticos, principios éticos, costos económicos, factores ecosistémicos, conflictos sociales o acuerdos internacionales. Sin dejar de tomar en cuenta estos aspectos importantes, escribe Andrés Sierra, habría que prestar atención también a las consecuencias que tiene la gestión de los recursos hídricos urbanos en las rutinas cotidianas y en las prácticas concretas de diversos actores.

 

–ANDRÉS SIERRA*

 


 

La vida en una ciudad transcurre, utilizando una expresión que evoca tanto normalidad como dramatismo, un día a la vez. Diariamente se resuelven, por ejemplo, problemas de gestión y proporción de servicios públicos, como el agua potable, a una población numerosa. Para los habitantes de una metrópoli como la Ciudad de México, problemas como el acceso, costo y calidad del agua también se viven cotidianamente, una vez más, con la normalidad y dramatismo que ello implica. Esto tiene una relevancia que trasciende lo anecdótico, pues un concepto sociológico con cierta popularidad en décadas recientes es el de vida cotidiana. En este escrito se reflexiona sobre la utilidad de este concepto para estudiar la gestión del agua en las ciudades, en particular en la Ciudad de México. Se comienza con una exposición de los usos de la noción de vida cotidiana, para continuar planteando su papel en las implicaciones de la gestión pública del agua en las ciudades. Los cambios en la mencionada gestión tendrán consecuencias en la vida cotidiana de la gente en las ciudades, que deben ser problematizadas con rigor para generar conocimiento pertinente ante los desafíos políticos y sociales por la escasez o contaminación del líquido vital.

 

La vida cotidiana como concepto para estudiar la sociedad

 

Lo cotidiano como concepto se ha utilizado en investigaciones sociológicas,1 haciendo referencia a diferentes, y en ocasiones opuestos, aspectos de la realidad. Por ejemplo, se le usa para nombrar un ámbito de la realidad cuya existencia, coherencia y orden no se ponen en duda, o para referir que el ser humano vive cotidianamente con una actitud pragmática, es decir que conoce de su mundo lo necesario para actuar en él.2 Se le ha usado también para tratar la importancia de las rutinas en la vida social, que dan cierta estabilidad a las interacciones en un tiempo y espacio compartidos.3 En la sociedad son cruciales las rutinas, pues la repetición de la acción consolida estructuras, reglas e instituciones. El concepto de vida cotidiana se usa también para hablar de los encuentros cara-a-cara4 o, en otro sentido, para estudiar las actividades que realiza necesariamente el ser humano para reproducirse cada día en sociedad.5 Estas perspectivas coinciden en enfatizar las implicaciones de que la vida cotidiana es intersubjetiva y necesariamente compartida con otros seres humanos.

El concepto de vida cotidiana da elementos para estudiar prácticas concretas y rutinas que cada día se reproducen en el funcionamiento de una gran ciudad. Sin embargo, es importante identificar un referente empírico útil y articularlo con más conceptos para vincular lo cotidiano con otros ámbitos de lo social. Como advierte N. Elias, lo cotidiano no es una capa autónoma cuyas propiedades le aíslan del resto de lo social, sino un ámbito de experiencia integrado a estructuras sociales y relacionado con el cambio social, el cual es influido por seres humanos que tienen una experiencia condicionada por la realidad existente.6 Por lo tanto, es importante preguntarse si existen rutinas y prácticas cotidianas asociadas al uso del agua potable en la Ciudad de México que se relacionen con otros aspectos de la estructura social en la ciudad.

 

Rutinas diarias del uso del agua en la Ciudad de México

 

Un desafío de gobierno en la Ciudad de México es la distribución de agua potable a millones de habitantes, para lo cual se seleccionan mecanismos que tienen efectos observables en las rutinas y prácticas diarias de diferentes grupos. En estas acciones concretas y cotidianas puede percibirse también hasta qué punto las políticas públicas y sus instrumentos afectan la vida social.7 El uso del agua potable en la Ciudad de México puede convertirse en un elemento que implique el surgimiento de nuevas rutinas que problematizan la relativa naturalidad de la vida cotidiana. Las prácticas asociadas al agua cambian ante la escasez, mala calidad o aumento de los costos. Estudiar los efectos en la vida cotidiana de la política pública de gestión del agua es una forma de relacionar la transformación de una estructura social con la experiencia de la misma que tienen diversos grupos, cuyas rutinas son afectadas de maneras distintas en un proceso de cambio.

Es pertinente reflexionar en las rutinas y prácticas de muchos habitantes de una ciudad en la que el agua puede faltar o estar contaminada. Esto implica preguntarse inicialmente si existen, y cuáles son, las prácticas concretas y rutinas diarias asociadas al agua, para identificar en qué aspectos de ellas influyen las políticas locales y aclarar de qué se habla cuando se dice que los recursos hídricos locales son gestionados. Observar la estructura repetitiva de lo cotidiano como parte integrada al resto de la vida social en la ciudad facilita identificar las prácticas que son específicas del ámbito del agua potable y propias de la Ciudad de México, problematizando las implicaciones de los cambios en el marco legal de la administración de recursos hídricos o de la selección de un instrumento de política pública. Nuevas rutinas emergen en lugares en los que el líquido vital hace falta, en un proceso de negociación, disputa y cambio. Y, sin embargo, el agua sigue moviéndose por una ciudad en la que se vive y se actúa cada día.

 

Gestión de los recursos hídricos urbanos con consecuencias en la vida cotidiana

 

Cuando se hace referencia a los desafíos de provisión de agua potable en la Ciudad de México, puede hablarse de compromisos políticos, principios éticos, costos económicos, factores ecosistémicos, conflictos sociales o acuerdos internacionales. Sin dejar de tomar en cuenta estos aspectos importantes, habría que prestar atención también a las consecuencias en las rutinas cotidianas y en las prácticas concretas de diversos actores que tiene la gestión de los recursos hídricos urbanos. Los instrumentos de política pueden ser analizados de esta manera como marco que influye en las interacciones cotidianas entre gobernantes y gobernados por el acceso al agua. En las rutinas de la vida cotidiana se observa de qué manera se administra el uso del agua desde el gobierno local, así como el potencial creativo de las respuestas colectivas en la defensa u obtención de derechos en la ciudad.

8 Es importante, por lo tanto, tomar en cuenta, en debates y decisiones sobre los cambios en la política del agua y sus instrumentos, que su gestión como servicio público influye en las rutinas de los habitantes de la ciudad. En la vida cotidiana de metrópolis como la Ciudad de México se encuentran algunas de las consecuencias de las transformaciones en la política del agua. Por ende, para comprender el éxito o fracaso de la gestión del recurso hay que observar hasta qué grado la forma de implementar un instrumento de gobierno se relaciona con las rutinas existentes de las personas. Pareciera que a todo se acostumbra el habitante de la ciudad, pero hay que analizar las formas concretas en las que la modificación de la gestión influye en la elaboración de una rutina en circunstancias de ausencia o contaminación del agua potable.◊

 


1 En este texto se hace referencia principalmente al uso de la noción de vida cotidiana en investigaciones sociológicas. Sin embargo, el concepto de lo cotidiano también se ha utilizado en la filosofía y en la historia para hablar de las formas repetitivas e inconscientes de hacer y operar según circunstancias que tienen a la mano los seres humanos comunes de la sociedad. Al respecto, véase Pilar Gonzalbo Aizpuru, Introducción a la historia de la vida cotidiana, México, El Colegio de México, 2006, y también Michel De Certeau, La invención de lo cotidiano, México, Universidad Iberoamericana, 2000.

2 Peter Berger y Thomas Luckmann, La construcción social de la realidad, Buenos Aires, Amorrortu, 2003, y Alfred Schütz y Thomas Luckmann, Las estructuras del mundo de la vida, Buenos Aires, Amorrortu, 2001.

3 Anthony Giddens, The Constitution of Society, Oxford, Blackwell, 1984.

4 Erving Goffman, La presentación de la persona en la vida cotidiana, Buenos Aires, Amorrortu, 2001.

5 Agnes Heller, Sociología de la vida cotidiana, Barcelona, Península, 1977.

6 Los muy interesantes comentarios y advertencias de Elias al respecto del uso sociológico del concepto de lo cotidiano pueden encontrarse en Norbert Elias, “Apuntes sobre el concepto de lo cotidiano”, en Vera Weiler (comp.), La civilización de los padres y otros ensayos, Bogotá, Norma, 1998, pp. 331-347.

7 Un análisis más profundo sobre la importancia de los instrumentos de política pública se encuentra en Pierre Lascoumes y Patrick Le Galès, Sociología de la acción pública, México, El Colegio de México, 2014.

8 Para una reflexión filosófica de las formas en las que se asocia la experiencia cotidiana de la ciudad y sus transformaciones creativas, véase Henri Lefebvre, Critique of Everyday Life, Londres, Verso, 1991. Una investigación sobre la relación de los mecanismos de gestión de los recursos hídricos en la Ciudad de México y el derecho a la ciudadanía, se encuentra en Esteban Castro, Water, Power and Citizenship: Social Struggle in the Basin of Mexico, Nueva York, Palgrave Macmillan, 2006.

 


* ANDRÉS SIERRA
Estudia la maestría en Estudios urbanos del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales en El Colegio de México.