
09 Jul Cien años con Emma Godoy
Para celebrar los cien años de nacimiento de Emma Godoy, Elvira Hernández realiza en este texto una estampa biográfica de la polifacética escritora, comunicadora radiofónica sin par, antifeminista convencida y pionera de la defensa de la dignidad de las personas mayores.
–ELVIRA HERNÁNDEZ CARBALLIDO*–
Maestra, poeta, filósofa, ensayista, crítica y dramaturga. Voz y alma en la radio. Fundó la organización “Dignificación de la Vejez” (dive) preocupada por el futuro de la gente mayor. Se describía como antifeminista y fumadora empedernida. Le gustaba presentarse como humanista, mocha y medieval. Juraba ser anticomunista, anticapitalista y antipriista. Ella fue Emma Godoy.
Si me amas, déjame dormir
Nació en el estado de Guanajuato; su madre, Abigail Lobato, fue atendida en su casa por una partera el 25 de marzo de 1918, día de la Encarnación del Divino Verbo. La fecha marcó su destino desde ese primer instante y por eso las palabras no solamente fueron su destino sino también su vocación. Su padre se llamó Enrique Godoy y fue la menor de 15 hermanos.
Su época infantil quedó marcada por su nana Brígida, una vieja sabia y lúdica que le contaba muchos cuentos, mismos que un día se prometió a sí misma escribir. Estudió en el Colegio de las Madres Mínimas en la Presa de la Olla; desde entonces su fe en Dios empezó a inspirarla. A los ocho años ya demostraba don y dominio por la bella escritura.
Emma decidió seguir estudiando; se inscribió en la Normal de Maestros y empezó a dar clases en 1947 en la misma institución. Se jubiló en 1973. También estudió en la Facultad de Filosofía y Letras, en la unam, para hacer un doctorado. No conforme con ello, se fue a París y en la Sorbona se apasionó más por los estudios filosóficos. A los 22 años empezó a publicar; su primer espacio fue la revista cultural Ábside. A partir de ese momento no dejó de escribir. Sus libros fueron leídos por mucha gente y cuando la radio logró descubrirla, su voz llegó a públicos masivos.
Emma Godoy fue original y provocadora hasta en el instante de morir. El vicio por fumar terminó estimulando un cáncer que ella enfrentó con una fuerza y dignidad sorprendentes. Para ella, morir representaba un regalo a Dios y su última lección era hacerlo con fe, esperanza y dignidad. Organizó todos sus documentos y dejó todo en orden. A su amiga Consuelo Sáizar le encargó su funeral. Le advirtió que era la elegida porque quería una mente fresca y no a una llorona. La gente que la amaba no se resignaba. Por eso, encerrada en su casa, sin tragedias ni escenas, puso en la puerta de su entrada un letrero que decía: “Si me amas, déjame dormir”. El sueño eterno llegó el 30 de julio de 1990. El día de su sepelio, cuando su ataúd fue cargado rumbo al cementerio, de manera espontánea, la gente que asistió hizo una valla para aplaudir a su paso.
El 28 de junio de 2005, por decreto presidencial, se decidió el ingreso de Emma Godoy a la Rotonda de las Personas Ilustres. Su tumba es un monumento que representa un libro abierto en cuyas hojas está reproducido uno de sus poemas: “Heme aquí padre celestial para agradecerte por haberme dado larga vida: lo que significa que guardas un amor especial por mí”.
Hasta la fecha es recordada de manera gozosa. El siguiente texto, de su amiga la periodista María Luisa “China” Mendoza, es un ejemplo de ello:
Emma Godoy leía sin necesidad de complicidades. Daba gusto charlar con ella, y cuando se empezó a morir cantaba por su cercanía al Hacedor […] Si se le hablaba por teléfono, una grabación formidable contestaba: “No estoy, no doy conferencias, no doy entrevistas”. No olvidaremos a Emma quienes la conocimos. Todos fuimos sus alumnos. Maestra admirable, nacida para revelar alucinantes ecuaciones, no se detuvo, ni tuvo un hijo; ya dije de su vital compromiso con Dios. Su palabra fue el alimento para muchas generaciones que bebieron el saber, igual que los recién nacidos las gotas del pecho de sus madres.
Yo sé que Emma se está riendo conmigo, sentada en el Paraíso rodeada de un océano de papeles, poesía, cuentos, proclamas, reclamos y peticiones de la procuraduría del cielo donde atiende ahora y no da conferencias.
Que mis palabras te acompañen
Comprometida con el placer de la escritura, decidió que después de su muerte se publicara El pecado y la gracia, última decisión que cumplió Consuelo Sáizar el 30 de julio de 1991. Este libro póstumo redondea y reitera la calidad de su discurso argumentativo. En su trabajo ensayístico, ella presentó reflexiones impecables, con una tesis bien planteada que lograba sostener con una suma de argumentos y ejemplos contundentes. Siempre adoptaba una posición y la iba defendiendo con la brillantez de sus razones. Fue muy racional y mostraba su gran cultura al citar una numerosa variedad de autores que le daban autoridad a su postura.
Como narradora dio a conocer Érase un hombre pentafácico, con la que obtuvo en 1962 el premio William Faulkner otorgado por la Universidad de Virginia. En las reseñas que se hicieron de la obra se afirmaba que en ella se presentaban las pasiones e instintos contradictorios de los seres humanos y alude a su libre albedrío.
En teatro, su primera obra fue Caín, el Hombre, misterio trágico, en 1949. Con la libertad que permite la literatura, reunió en esta historia a todos los hijos de este hombre que, según la Biblia, asesinó a su hermano. La tragedia mezcla pasiones y odios, arrepentimientos y dudas, sentencia y perdón.
Respecto a su creación poética, están los siguientes libros: Pausas y arena (1964), Poemas (1984) y Del torrente (1989). Héctor Valdés, en Poetisas mexicanas del siglo xx, consideró que ella aprovechaba un lenguaje exaltado en el que predominan la soledad, el erotismo y la religión. En su inspiración alababa a Dios, lo evocaba para adjetivarlo entre la emoción y la amargura, e hizo alusión a su divinidad, a su fe, a su misericordia, pero también a su implacable juicio. Margarita Michelena calificó la obra de Godoy como una poesía mística. Sus pensamientos y reflexiones quedaron guardados en un libro que hasta la fecha es un éxito editorial: Que mis palabras te acompañen, y nos siguen acompañando a cien años de su nacimiento.
La voz que hace el bien
“Nuestro hogar”, producido por Raúl del Campo, fue el primer programa de radio en la xew donde, por recomendación de la profesora Mimi Urquiza, Emma Godoy empezó a colaborar. En 1982 se integró al equipo de Janet Arceo en “La mujer actual” y su voz se escuchó en este espacio hasta los últimos días de su vida. Su éxito resultó ser total. La gente empezó a pedirla, a enviarle muestras de afecto y agradecimiento, a escucharla con verdadera atención y fascinación. Se dice que cuando estaba ya más enferma, el equipo de producción iba a su casa para que desde ahí transmitiera sus reflexiones.
La marca que dejó en la radio es ya eterna; por eso podemos escucharla otra vez en estos días. El 25 de marzo de 2018, Janet Arceo decidió hacerle un homenaje bajo el título “100 años, 100 días”. Escucharla es recuperarla en toda su expresión y su manera de ser, de sentir, de vivir. Hoy es muy grato oírla nuevamente, su voz, su tono y hasta su respirar:
Cuando alguien me dice: “me ha cambiado tanto la vida desde que leí su libro”. O si me comentan: “desde que la oigo en radio ya no me divorcié de mi marido”, “ya entiendo mejor a mi hijo” o “mi hijo vive porque no lo aborté”, se me hace un nudo en la garganta. Nada más porque no soy cursi no me suelto chillando como todas las viejas. No, me aguanto. Pero estas palabras me llegan al alma porque yo le llegué al alma a cada una de estas personas gracias a este programa y pude llevarles un mensaje que les penetra más que el periódico, más que el consejo de los padres. Esta conversación amistosa es de corazón a corazón gracias a la técnica radiofónica. Que no hablen mal de ella porque soy capaz de sacar la espada porque, la verdad, esta técnica es capaz de hacer todo el bien.
Antifeminista
En cada escenario y si era necesario decirlo, Emma Godoy se declaraba antifeminista. Dio varias entrevistas sobre el tema; en radio difundió su postura al respecto y escribió ensayos reafirmado su perspectiva.
En octubre de 1978, la revista fem le dedicó un artículo titulado “Emma Godoy y el feminismo”. Analizaron el “librito” que ella publicó por el Año Internacional de la Mujer, cuya primera reunión se realizó en México durante el sexenio de Echeverría. La obra se tituló La mujer en sus años y en sus siglos. La ironía y la argumentación que la autora desarrolló en su texto, por supuesto, incomodó a las colaboradoras de la revista.
A su juicio, el punto de vista externado por Godoy demostraba la incomprensión total que ella tenía sobre el feminismo. Citaban textualmente algunos párrafos escritos por ella e iban corrigiendo lo que consideraban alguna imprecisión, comentarios estereotipados y perspectivas convencionales de la escritora guanajuatense.
Emma Godoy afirmaba que el feminismo encubre su verdadera meta entre discursos que han caído en la palabrería. Según ella, el objetivo real es el derecho al amor libre. “Mujer liberada se está convirtiendo en sinónimo de mujer prostituida […] Son las que llevan dentro una ramerilla en potencia”. Con severidad aseguraba que las pastillas anticonceptivas y el aborto eran un peligro porque “eximían de la molestia del hijo”, ya que, al usar estos métodos, la lujuria se desataba. Con un sarcasmo provocador, advertía que el verdadero nombre del movimiento era el de “Movimiento Pro Abolición de la Esposa y la Madre”.
Por supuesto, la revista fem intentó contraargumentar y cuestionar su postura asegurando que Godoy no comprendía el feminismo, que sus afirmaciones resultaban rebatibles y calificando su ensayo como un texto solamente “enjundioso”. No hubo respuesta ni un intento de debatir por parte de ella. Pero, eso sí, a lo largo de su vida, Emma Godoy continuó planteando argumentos en contra del feminismo, repitiendo una y otra vez: “Nunca la liberación de la cintura para abajo; siempre la superación de la cintura para arriba”.
La vejez es hermosa
Godoy no solamente hizo referencia a la vejez y se preocupó por el reconocimiento social a la gente mayor; ella actuó. En 1977 creó la asociación civil dive (Dignificadora de la Vejez); su lema fue: “La ancianidad debe ser maestra, consejera y guía”. Esta organización fue un antecedente muy significativo para que el 20 de agosto de 1979 se creara por decreto presidencial el Instituto Nacional de Personas Mayores (Insen) en México.
En una entrevista, declaró que su preocupación por la gente anciana estuvo latente desde su niñez y nuevamente hizo referencia a la mujer que la cuidó durante su infancia, su nana Brígida; consideraba que gracias a esa anciana empezó a sospechar que la vejez podía ser algo hermoso.
En sus conferencias, en sus colaboraciones radiofónicas y en sus textos, Godoy siempre argumentaba que solamente un país culto estimulaba a su población anciana. Aseguraba que mientras surgiera un espíritu sin discriminación, una fuerza que diera reconocimiento al viejo como persona ante la ley, podría otorgárseles acceso a los recursos, al trabajo, a la vivienda, a la alimentación y, sobre todo, a la dignidad. Cuando eso se logre, advertía, la vejez dejará de ser una amenaza para convertirse en una ardiente promesa.
Cien años con Emma Godoy
Seguramente por esta manera de pensar, por cada palabra compartida, por cada libro escrito y por cada momento de su vida, Emma Godoy es ya inolvidable y justo es celebrar los cien años de su nacimiento. Sus palabras nos acompañan. Por eso, la gente que la quiso y que la admira puede coincidir y hacer suyo este sentimiento que compartiera su amiga Margarita Michelena:
Emma fue una mujer animada por un fuego superior que se ha ganado, allá arriba, la eterna paz y aquí abajo nuestro amoroso y constante recuerdo. Cuando al rezar evoco a Emma, no pido por su descanso eterno. Sé que me oye y que sigue siendo nuestra amiga impar de siempre y ahora la incomparable y santa amiga que nos espera.◊