Eugène Ionesco

 

“Del conocerse a sí mismo”
Diálogos núm. 25, 
enero-febrero, 1969

 

A Eugène Ionesco lo conocemos bien como dramaturgo. Pocas obras ha habido tan geniales como La cantante calva y, de Beckett, Esperando a Godot, y eso que el teatro del absurdo es quizá la expresión artística más insigne del siglo xx. Pero en “Del conocerse a sí mismo”, publicado en Diálogos en 1969, no nos encontramos al Ionesco habitual. El fragmento procede de los diarios del escritor franco-rumano y en él, con una autenticidad sorprendente, se da a la tarea de explorar un conjunto de sueños e imágenes en su afán de entender su propia soledad, el misterio de la vida finita, su incapacidad de acceder a la verdad. “Debí haberme embarcado hace tiempo en esta búsqueda tenaz del conocimiento y del autoconocimiento”, dice al inicio. “¡En lugar de escribir literatura! Qué manera de perder el tiempo… Las palabras no son lenguaje”. Imposible dejar de leer un texto así.