Roland Barthes, “El cuerpo de nuevo”
Diálogos, núm. 123, marzo de 1985.
Tradicionalmente, el Occidente ha concebido el cuerpo como “la envoltura del alma” —o, menos religiosamente, como un instrumento más o menos mecánico, más o menos biológico. Estas ideas comenzaron a hacer agua a finales del siglo xix, cuando filósofos y psicólogos decidieron devolver a la semiología médica (una mera sintomatología) su sentido etimológico: interpretación de los signos. Nietzsche y Freud entendieron los síntomas como signos: el cuerpo hablaba, expresaba cosas; era él mismo un signo, sujeto a la valoración social y a la historia. Esta nueva semiología del cuerpo, desarrollada por etnólogos, historiadores y pensadores, daría parte de su fundamento filosófico a muchos de los movimientos libertarios de la segunda mitad del siglo xx, desde el feminismo y la liberación sexual hasta la reivindicación de los derechos sociales de la comunidad lgbt. En esta entrevista, Roland Barthes, uno de los principales exponentes de esta nueva semiología, reflexiona sobre el tema, traza su historia y plantea algunas preguntas por resolver.