Acerca de las ilustraciones | Núm. 12

 


 

 

La obra de Sandra Pani se centra en el cuerpo humano y se caracteriza por cierta unidad de temas y de técnicas, aunque también es llamativa la experimentación con diferentes soportes y materiales, así como el desarrollo sutil de un lenguaje basado en la decantación de las formas básicas del cuerpo y, acaso, de la naturaleza. La artista misma dice que “todas las cosas vivas tienen un mismo diseño”, y su obra se finca en este esquema universal.

En este decantar las formas, Pani también ha condensado su paleta en colores que se reconocen altamente simbólicos: el blanco, el rojo, el negro, el verde, junto con algunos tonos tierra y el dorado. El uso de diferentes tipos de papel y tela, por otra parte, permiten la transparencia como una expansión del blanco que domina los fondos de múltiples pinturas y dibujos. El rojo, sobre estos blancos, es una inconfundible mancha de sangre y, a pesar de la violencia de esta combinación, no parece venir de una herida. El rojo irradia el calor de lo que fluye, la sangre que alimenta los órganos o la sangre menstrual que abandona el cuerpo.

La obra gráfica de Pani es densa en su expresividad, si bien pareciera una labor de sustracción y no de adición; de desvelar la materia y no de moldearla.

Aurelia Cortés Peyron