¿Dónde están?: mujeres en torno a la lucha contra la desaparición en México y Argentina

El dolor y la rabia, a la par de la esperanza y la resistencia, se repiten en las voces de mujeres, familiares de desaparecidos de distintas épocas y latitudes de nuestra América Latina. Marina Azahua reporta la realización, el 25 de septiembre de 2018, del conversatorio ¿Dónde están? Las desapariciones en México y Argentina, una de las actividades que el Comité Interuniversitario M68 Ciudadanías en Movimiento organizó como parte de las conmemoraciones de los 50 años del Movimiento Estudiantil del 68.*

 

–MARINA AZAHUA**

 


 

¿Dónde están? es la pregunta central que deja tras de sí la desaparición forzada, esa forma particularmente dolorosa de violencia, ese crimen permanente que se continúa ejerciendo en América Latina en la actualidad, como hace medio siglo. Esa misma pregunta, ¿Dónde están?, aparece impresa sobre el pecho de Leticia Hidalgo, madre de Roy Rivera Hidalgo, desaparecido por un comando armado cuyos miembros vestían chalecos de policías municipales. Es también la pregunta que, en voz de Yolanda González Mendoza, madre de Jonás Trujillo González —uno de los 43 normalistas desaparecidos desde el 26 de septiembre de 2014—, se transforma en: “¿Qué les hicieron? ¿En dónde los tienen?”. Cada fotografía prendida al pecho de una madre en búsqueda evoca esa pregunta: ¿dónde está esta persona cuyo rostro llevo cerca, la que me arrebataron? ¿Dónde está a quien busco? Todo cartel con el lema “¡Vivo se lo llevaron! ¡Con vida lo queremos!” remite de nuevo a esa pregunta, señalando también el itinerario histórico de una lucha que se traza desde la resistencia de varias décadas de las Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo, en Argentina, hasta el México actual.

El 2 octubre de este año se cumplieron 50 años de la matanza de estudiantes llevada a cabo por representantes del Estado mexicano en la Plaza de las Tres Culturas. En el marco del Coloquio Internacional M68 Ciudadanías en Movimiento, en conmemoración de ese evento clave de nuestra historia, se reunió en El Colegio de México un grupo de mujeres para hablar en público sobre las desapariciones en México y Argentina, al cumplirse cuatro años de la desaparición forzada de los normalistas de Ayotzinapa. Durante el encuentro, se habló sobre la violencia persistente y cíclica de la desaparición y sobre la necesidad de que las voces de estas mujeres, y las de tantas más, sean escuchadas por el resto de la sociedad. Quienes hablaron ese día fueron María Martínez Ceferino, Yolanda González Mendoza, Margarita Zacarías Rodríguez e Isela López Palotzin, tres madres y una hermana de cuatro de los 43 normalistas; Leticia Hidalgo, de Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos Nuevo León, y Flor Suárez, de El Solecito de Veracruz, colectivos de búsqueda de personas desaparecidas durante los últimos sexenios; Martha Camacho, sobreviviente de desaparición forzada en la década de 1970 en Sinaloa, cuyo esposo fuera asesinado y cuyo hijo naciera en cautiverio; y, finalmente, Estela de Carlotto y Buscarita Roa, dos de las Abuelas de la Plaza de Mayo, quienes compartieron su experiencia de lucha abriendo espacios de posibilidad para quienes heredan su lucha. El conversatorio, moderado por la periodista Paula Mónaco Felipe, cuyos padres fueron desaparecidos en Argentina en la década de 1970, y Nayeli García, estudiante de doctorado de El Colegio de México, buscó construir un espacio para el cruce de experiencias en torno a la violencia continua, reiterada y transhistórica de la desaparición.

Hijas, hermanas, compañeras, esposas y madres de personas desaparecidas enunciaron, teniendo como espacio de reunión la Biblioteca Daniel Cosío Villegas de El Colegio de México, el papel fundamental que han jugado las mujeres en la lucha por la verdad y la justicia en relación con la desaparición. Provenientes de distintos contextos, cada una confrontada a este crimen nefasto en diferentes momentos históricos, forman, junto con miles de madres a lo largo del continente, una suerte de comunidad involuntaria marcada por un mismo dolor y una misma rabia, esa pena que , sin embargo, se ha convertido en un espacio de resistencia.

En México, la raíz histórica de esta colectividad transcontinental de madres en lucha podría fincarse en la huelga de hambre que convocaran las madres del Comité Eureka, afuera de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, el 28 de agosto de 1978. Hace 40 años, esa protesta contra la política de contrainsurgencia del Estado mexicano, que incluyó la detención ilegal de militantes de movimientos políticos durante las décadas de 1970 y 1980, abrió un espacio que hoy se hermana con las demandas actuales.

Buscando abrir y mantener viva una conversación en torno a la desaparición forzada en el espacio público, el conversatorio ¿Dónde están? Las desapariciones en México y Argentina se realizó gracias al apoyo de El Colegio de México, el ccu Tlatelolco y El Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh). En paralelo a este espacio de diálogo, se inauguró una instalación del colectivo “Huellas de la Memoria” en las escalinatas centrales de El Colegio.

La desaparición es una forma de violencia marcada por una particularidad: es un crimen que no desaparece, la secuela del daño que ocasiona no prescribe. Como tal, la temporalidad de la espera y de la búsqueda se vuelve parte intrínseca de su violencia. La desaparición no sólo se ejerce en el instante de la sustracción de la persona, o en la continuidad de su ausencia, sino que se reitera por medio de la inacción y la obstrucción de la justicia por parte de autoridades y sistemas de impartición de justicia disfuncionales, que garantizan no sólo la impunidad sino también la circulación de verdades a modo, que renuevan la imposibilidad de esclarecer la ubicación de la persona desaparecida y la verdad de lo que le sucediera. Como enunciara con precisión dolorosa Leticia Hidalgo durante el conversatorio, en México, hoy esta “democracia se parece mucho a la dictadura” en Argentina. “Son las mismas prácticas y es el mismo camino que estamos emprendiendo con las madres y las abuelas. Gracias a ellas, nosotras aprendimos a luchar. De alguna manera han sido nuestras maestras y la inspiración para nosotras”.

Esta reunión de voces, que visibiliza tanto como denuncia, responde a la urgencia de dolores que hoy en México debemos atender y escuchar. Dibujar las líneas de continuidad de prácticas violentas históricas, y las estrategias de resistencia que emergen para confrontarlas, se vuelve cada vez más necesario para atender la herida de lo que Carlos Beristain ha llamado “ese pasado que se obstina en no serlo”.

Frente al dolor de la incertidumbre que resuena en el ¿Dónde están? —esa pregunta que inquiere tanto como exige— las voces de estas mujeres tejieron lazos, durante unas horas, a partir de una experiencia que ninguna madre más debería tener que vivir. Como afirmara María Martínez, madre del normalista Miguel Ángel Hernández Martínez: “Ya no queremos más madres atrás de un micrófono, como nosotras”. Al centro de los lazos que se hilvanaron durante el conversatorio, desde distintas geografías y desde dolores situados históricamente en diversas temporalidades, estuvo el amor compartido a cada hijo, una fuerza inamovible que sustenta la lucha colectiva por conocer la verdad, antes que nada. Pero también surge de este mismo amor la certeza de que sin verdad es imposible aspirar a cualquier forma posible de justicia.

Un profundo agradecimiento a quienes trabajaron y contribuyeron para hacer posible este conversatorio: Sergio Aguayo (Colmex), María Luisa Aguilar Rodríguez (Centro Prodh), Alfonso Díaz (Colectivo de Prácticas Narrativas), Froylán Enciso (cide), Laura Flamand (Colmex), Jenny Flores (Colmex), Nayeli García (Colmex), Paula Mónaco (periodista independiente), Daniela Rea (Red de Periodistas de a Pie), Sandra Lorenzano (ccu Tlatelolco), Meyatzin Velasco Santiago (Centro Prodh), Mónica Vargas (Colmex) y los compañeros del colectivo Huellas de la Memoria.◊

 


* El conversatorio completo puede verse en https://www.youtube.com/watch?v=srdHrbrOJks. El trabajo del colectivo Huellas de la Memoria puede consultarse en http://www.huellasdelamemoria.org/

 


** MARINA AZAHUA
Es escritora y estudiante del doctorado en Antropología en la Universidad de Columbia.